martes, 25 de septiembre de 2018

A VUELTAS CON LA BURUSERA


… o de la compra venta de bragas usadas.




Y sí, queridit@s míos, la Burusera existe. La primera vez que oí hablar de ello fue en la película “Kiki el amor se hace”, pero en aquel momento estaba en modo trabajo off y reconozco que no le presté demasiada atención.

Hace unos meses, en un chat con compis sexbloggers, salió de nuevo el tema y mi cabecita se encendió. Comenté con “las 6 magníficas” y “La Banda de la Antoña” y además del comentario “estamos perdiendo dinero” dimos inicio a una búsqueda masiva y agotadora de información con infiltrada incluida: "La Loli."

Empecé preguntando en las redes sociales si venderíais vuestra ropa interior usada y sin lavar. Las respuestas fueron de todo tipo, desde un NO rotundo, pasando por el “depende de cuanto se pague”, hasta un “claro que sí, por qué no!”, y es que los tabús aun nos siguen persiguiendo, y a veces cuesta entender los fetichismos en general y este en particular.

 Seamos clar@s, aún asociamos las bragas con algo cochino “ay que se me ve la braga”, que se mancha de suciedad inmunda (flujo, sudor…de nuestros genitales), cuando eso es lo primero que nos convendría cambiar en nuestra relación con nuestras vulvas. 
Si a eso le sumamos la escena “depravada” que nuestra imaginación puede montar en nuestras mentes sobre el uso que es@ “pervertid@” le dará a esa braguita guarra y putona…………pues apaga y vámonos.

Vamos a verlo de otro modo, vamos a pensar que, en vez de bragas, una persona quiere cucharas usadas para excitarse, ¿a que no nos parece tan extraño ni sucio? A ver si nos concienciamos de una santa vez, que como decía Havelock Ellis, “en sexología hay más fenómenos cultivables que trastornos curables”

Un aspecto muy muy reseñable de esta conversación fueron las respuestas de nuestras parejas al preguntar qué les parecería que vendiéramos nuestras bragas.
 Mientras algunas de ellas se ofrecían a vender también su ropa interior, otras entraron en un estado casi “gorilistico”, en brote, vamos, casi ofendidas de que se les hiciera la pregunta, lo que decidimos tomarnos con humor y mearnos de risa. ¡Ay angeliko!, porque te queremos, que si no...

Otra de la pregunta lanzada fue si  venderíais bragas o tangas, y aquí las respuestas fueron más por el tanga, bien hecho, porque parece ser que es una de las prendas estrellas, pero…………la palma se la llevan las bragas de embarazada, las bragas con manchas de menstruación y como dice la Loli: restos de “de episodios más escatológicos”, aunque bien es cierto, que también hay personas compradoras de bragas que se vean usadas, pero hayan pasado por la lavadora.




Lo pasamos genial hablando del tema, viendo diferentes puntos de vista…pero era necesario hacer un trabajo de campo, y ahí fue cuando infiltré a La loli en diferentes plataformas y páginas de anuncios, porque todo esto había que verlo desde dentro. 

La loli se creó una cuenta de correo ad hoc, consultó con su “primo Google” diferentes plataformas de compra venta dedicadas al tema y comenzó con su oferta tras descubrir todo un universo alternativo.
Y tan alternativo…. Para la gente que no estamos familiarizada con el tema como yo, aquello fue descubrir de la mano de Loli un mundo cuanto menos fascinante.  Colgó varias fotos en dos plataformas dedicadas al tema y en una página de anuncios de segunda mano. 

Las plataformas nos mostraron todo un negocio súper cuidado y estudiado, aportando además post divulgativos sobre el tema y consejos sobre cómo mejorar las ventas, galerías de inspiración, cómo mejorar el anonimato en la transacción… 

Lo primero que nos llamó la atención es que nos daban opción a cuenta premium, por un módico precio que Loli no pagó, y que situaban las bragas en un lugar privilegiado, más visible, así como acceso a chat con l@s posibles comprador@s, lo que hace que la venta sea más rápida. 

También nos llamó muchísimo la atención que en una de ellas se marca un precio mínimo: 30 €, y no en base de la calidad de la braguilla en cuestión, sino en función de uso y estado. Prestando atención a las fotos colgadas, vimos que sobre todo las premium, eran fotos muy bien hechas y con mucho trabajo detrás y que  muchas chicas cuentan con verdaderos equipos y estudios fotográficos para sus fotos.

Como os he dicho, la Loli no pagó el premium, así que ni ha chateado ni vendido en las plataformas. Casi se deprime un poco, su ego se lamentaba porque nadie quería su tanguita, aunque alguna visitilla a las fotos había. 

Menos mal que en la página de anuncios de cosas de segunda mano fue diferente…. 
Al día siguiente ya tenía ofertas, le daban hasta 50 euritos por el tanga en cuestión.

En esta página el funcionamiento era diferente, como os podéis imaginar, simplemente buscar la categoría de venta más adecuada, costó, no os creáis, que hubo que tirar de eufemismos, poner un precio y modo de contacto. ¡¡¡¡¡¡Y menos más que lo hicimos, así la Loli volvió a sonreír!!!!!!

Y vosotr@s, ¿qué me contáis? ¿ Venderíais vuestras bragas?

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